La solución que muchas personas proponen es “unirnos” y su método es el “diálogo”. Eso es como decirle a quien sufre con su gordura que la solución es adelgazar y que el método es comer menos y hacer ejercicio.
Las preguntas poderosas son:
- ¿Cómo unirse aceptando las diferencias más profundas, sin anular el ser y el hacer de cada cual?
- ¿Cómo dialogar entre personas y colectivos que hablan idiomas diferentes? La mayoría hablamos español, pero el idioma de jóvenes barriales es muy diferente al que se habla en los salones del Palacio de Nariño y ni se diga al que hablan quienes integran las comunidades ancestrales.
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