¡Usted no sabe quién soy yo!, yo soy hijo del Universo, sobrino de lo Innombrable y amigo de
lo ajeno porque nada es propio. Y, como diría el llanero, soy hermano de la
espuma, de las garzas de las rosas y del sol ...
Prefiero parecer un
neo hippie a reproducir la automática y farisea reacción que tuve cuando vi el
video de Nicolás Gaviria. La escena es lamentable pero Nicolás se contagió de
esa enfermedad en nuestra sociedad, en nuestras familias, en nuestras empresas,
en nuestra política, en nuestros medios de comunicación, en las telenovelas y
series que nos embrutecen a diario; ese libreto no se lo inventó él:
"Rodolfo (General Palomino), con Nicolás Gaviria, mira que ..."
"¡Yo lo mando pa´l Chocó!" le decía al Policía y "mañana se
muere" gritaba nuestro maestro.
Es un buen momento
para que confesemos cuándo hemos dicho esa frase u otras de similar estirpe
como "La Ley es para los de ruana" o reconocer cuándo hemos actuado
bajo esa lógica mezquina que sólo demuestra nuestra patológica concepción del
poder y nuestro desdén por la autoridad.
Propongo que
empecemos a tomar acciones amorosas y certeras para sanar. Hoy, por ejemplo,
iba a hacer una pequeñísima contravía que usualmente hago en el Centro de Santa
Marta y me acordé que detrás de esa infracción están estas frasesillas y la
lógica enfermiza. Pues me metí la vuelta de seis u ocho manzanas, llegué a
parquear tres minutos después y me sentí orgulloso por empezar a actuar.