sábado, 28 de febrero de 2015

DEJA PARA MAÑANA LO QUE PUEDES HACER HOY - A la memoria de Andrés Felipe Blackburn Cardona y de Andrés Ricardo Villate Plazas

Te sugiero que dejes de leer y te pongas al cuidado de un buen psiquiatra en caso que estés pensando decididamente en suicidarte. Con un consejo similar empieza un libro maravilloso de David Burns, llamado "Sentirse Bien" (haz clic). Este libro se enfrenta a la depresión desde una visión no farmacológica, es una invitación estructurada y rigurosa a vivir mejor.

Andrés Felipe era unas de esas caras que vi en fiestas, restaurantes y por las calles de Bogotá, me imagino que era un tipo como Yo, de los que supuestamente "no tenemos razones para suicidarnos", dirían algunos, pero somos tan vulnerables a la muerte que, al parecer y sin confirmar aún, él tomó la fatal decisión, como definitivamente lo hizo el gran Andrés Ricardo Villate Plazas, compañero de colegio de mi hermano el que me sigue, quien también nos dejó físicamente en 1992. (haz clic)

Un amoroso siquiatra que conozco no se cansa de decirle a sus pacientes suicidas que no se maten hoy, que lo aplacen para mañana y al día siguiente, cuando sea el momento de volver a pensarlo, lo vuelvan a aplazar un día más. Es una solución mágica de 24 horas, o de 12 o hasta menos, si la crisis lo amerita.

Y no es un juego de palabras, ni si quiera una estrategia, es el mejor regalo que puede recibir un suicida con algo de cordura porque con los más críticos es legítimo amarrarles o dormirles, bajo el entendido de que la "vida es sagrada". "Mientras haya vida hay esperanzas".

Así como las ganas de fumar se quitan después de un rato, los impulsos suicidas también pierden fuerza con el pasar de las horas y al aplazar la debacle para el día siguiente, se le da una oportunidad a la vida y se aplaza la cita con la inexorable muerte para cuando sea oportuno sin ceder ante ella cuando la limitada razón humana decide que la solución más inteligente es la aniquilación.

Andrés Felipe y Villate nos dan la posibilidad de hablar de este tema y tantos otros, abiertamente, con los seres que amamos, sin tanta moral, tanta religión y tanta pendejada, y de aprender de estas dolorosas tragedias que quedarán en la memoria de los suyos y de la Familia Humana. La muerte de ellos me duele. Gracias hermanos, les mando un abrazote a donde estén.

jueves, 19 de febrero de 2015

Péndulo: seguro y confianza

Decidir si tomo bus o taxi y si le compro seguro de educación universitaria o no a mi hijo, por poner dos ejemplos, parecen ser harina del mismo costal, las decisiones, y pueden serlo aunque en el primer escenario no tengo que ir tan hondo, es algo más cotidiano, pero cuando pienso en la posibilidad de que a mi hijo le de por estudiar medicina en Los Andes, me entra como un miedito chistoso y empiezo a analizar si debo pagar desde ya la educación que ha de recibir mi hijo dentro de casi cuatro lustros.
Hay varios puntos de vista que oscilan en un péndulo cuando me veo avocado a tomar decisiones trascendentales.
Uno de los extremos parece ser el total control del proceso humano, la total seguridad, la no tolerancia a la incomodidad, a la incertidumbre, al dolor.
En ese mismo lado podría estar el racionalismo más exagerado, la ridiculización de la fe y la confianza hasta hacerlos ver como un embeleco supersticioso.
En el otro extremo logro percibir una concepción que, de alguna manera, despotrica sobre la planeación, sobre la comodidad, que prefiere dejar todos los resultados a los designios naturales y que puede llegar a parecerse a la irresponsabilidad, aunque otros dirían que es una especie de confianza admirable en el Universo.
Ni si quiera sueño con saber en qué parte del péndulo me voy a parar en cada ocasión que tenga que tomar grandes determinaciones aunque estoy convencido que oscilaré con el péndulo porque una posición predecible me haría daño y sería aburrido. La auto contradicción es una fuente inagotable de gozo.

Me divierte pensar que me de por comprarle el bendito seguro de educación a mi hijo y él decida ser un maravilloso carpintero del SENA. Me emociona sobre manera que sea carpintero, estilista, físico, financiero o hasta abogado o político, pero si su opción fuera la primera, mi planeación quedaría en un intento fallido por controlar el futuro y en una enseñanza gigante sobre la confianza.