viernes, 8 de febrero de 2019

Una chimba



Insultos machistas

Buena parte de los insultos, en los diferentes idiomas, tienen que ver con la mamá del insultado. Nunca con el papá. En mi caso, uso frecuentemente el que atañe a que la madre del insultado se dedica a la prostitución. Y con ella, no solo me refiero a personas sino a cosas, instituciones, situaciones. Es más, en algunos casos la uso para elogiar algo o a alguien. Hay un uso que hago de esa palabra cuando reacciono ante la sorpresa o ante un dolor; la digo omitiendo las dos primeras letras: la hache y la i. 

No es comprensible la relación, por ejemplo, entre un cretino que intencionalmente se pasa un semáforo en rojo y el supuesto oficio de su progenitora. Es más, ¿por qué resultaría vergonzoso que la mamá de uno se dedique a la prostitución? ¿Acaso no muchos hombres las visitan frecuentemente? ¿Hay mucha diferencia entre vender sexo y vender mano de obra o ideas y gestiones? En mi opinión sería más ofensivo que le digan a uno hijueAlbertoSantofimio, hijueSamuelMoreno o hijueRafaélUribeNoguera.

Ahora bien, otro de los insultos, que también uso, aunque con menos frecuencia que el ya anotado arriba, es el que hace alusión al parto de la mamá del insultado. Este también puede tener usos elogiosos. Pero nuevamente es inconcebible que si algún idiota me trata mal en el trabajo, yo tenga que adjetivarlo con alguna presunta complicación en el momento de su nacimiento.

Muchas veces se dicen en combo los dos insultos, para remarcar la molestia que se siente con el insultado. Todo esto no es más que una horrorosa presencia habitual y enconada del machismo en la palabra. Se cosifica a la mujer y específicamente a las madres como si fueran un botín en la pugna con el insultado.