sábado, 3 de marzo de 2018

Rappi peligro

Ayer iba cruzando la cebra con mi hijo de tres años y una moto de Rappi decidió pasarse el semáforo en rojo. Vale decir que el conductor tuvo el cuidado de no atropellarnos pero qué tal que hubiera cometido un error de segundos o de, máximo, un metro.

Lo más importante es que no pasó nada malo aparte de que el motociclista se le atravesó a quienes tenían la vía con el semáforo en verde. Lo paradójico es que el semáforo cambió como a los cinco segundos y ese fue el tiempo que se ahorró el domiciliario de esta exitosa empresa.

Lo de ayer fue una más, aunque la más significativa porque iba con mi hijo, de infinidad de veces que he visto a los colaboradores de Rappi incumpliendo las normas de tránsito. Ciclistas y motociclistas en contravía, andando por andenes a toda velocidad, parqueados en lugares prohibidos ... Hace pocas semanas ví como un motociclista de Rappi invadió una cicloruta y solo no ocurrió una tragedia, gracias a la pericia del ciclista que estuvo en riesgo.

Valdría indagar sobre el modelo de negocio de Rappi y saber si es que acaso los incentivos para los repartidores, los instan a ir siempre de afán y por ende a ser proclives a irrespetar a los demás con tal de entregar los pedidos oportunamente.