viernes, 27 de marzo de 2020

No pienses en el otro, piensa en ti…

El discurso del “bien común”, la Patria, la solidaridad, la caridad, “ponte en los zapatos del otro” y tantos otros similares han sido usados históricamente de la manera más mezquina y estúpida. A veces con finalidades sinceras y hasta con buena intención, pero se convierten en tales religiones y cultos que terminan haciendo más daño que bien; eso es asimilable a la miserableza y a la imbecilidad, si es que hay diferencia entre ellas dos.

Ahora bien, en la actualidad pandémica, muchos gobernantes piden actuar de acuerdo a todos esos discursos que tanto daño han hecho. Puede ser que los ciudadanos, consciente o inconscientemente, ya no confiemos en esos cuentos y es posible que, a partir de allí, Margarita Rosa de Francisco propuso usar la bandera como papel higiénico. La propuesta fue burda y su tono inoportuno. Ya pidió excusas. Sin embargo, creo que detrás hay un planteamiento poderoso.

En este orden, creo que puede ser el momento de evolucionar y aceptar que, si pienso en mí de la manera más profunda y amorosa, estoy pensando en el todo, sin la necesidad de acudir a tanta melosería política. Si me aseguro de cuidarme de la manera más rigurosa, a mí mismo, voy a cuidar al colectivo y a los que más quiero. Si me lavo las manos enjabonándome 20 segundos, estoy cuidando a los demás…