jueves, 22 de octubre de 2015

¡Ah!, este domingo me tragaré el sapo de Cambio Radical

Por palurdo preví Política pura pero 
pronto prioricé pensamientos.

Peñalosa parece primero pero 
Pardo puntea posteriormente; 
Polo pailas, 
¡Pilas! Petro patalea para Presidente 
pugnando postizamente por proletariado pobre.

Por pragmatismo promuevo Peñalosa 
pero preferiría política pudorosa pedagogizada 
por Profesor poco politiquero.



Hoy la Senadora Claudia López acuñó dos frases maravillosas: una de ellas fue: "El Congreso haría infinitamente más labor si no legislara" y la otra: "La Verdad es para reconciliarnos, no para seguir en la revancha eterna", y no trato de hacer un recuento de las frases de Claudia pero hace unos días disparó otra más que me hizo reflexionar: "Cambio Radical, fuera de Bogotá, es básicamente como una Bacrim con personería jurídica. Avala una cantidad de delincuentes, mafiosos, a narcos, ..."

Y de igual forma me hizo reflexionar la última columna deAntonio Caballero en Semana, en la que denuncia las "malas compañías"de las tres opciones a la Alcaldía de Bogotá con mejores resultados en lasencuestas. Sostiene que los tres: Clara, Peñalosa y Pardo, son decentes pero que han aceptado alianzas o movidas extrañas debido a su deseo de ganar.

El planteamiento de Caballero, a mi manera de ver, no es contradictorio. Los tres no son ladrones, son trabajadores, quieren servir, etc. y sólo se mancha su decencia al aceptar apoyos y alianzas tan oscuras como la de Cambio Radical a Peñalosa que mancilló sus trescientas mil firmas independientes en el tarjetón, una de ellas la mía, con el logotipo del Partido delVicepresidente. Pero en últimas, ¿quién es totalmente decente y coherente? y ni se diga en la Política.

Es un gran acierto de Peñalosa que en esta contienda no le permitió a Kiko Gómez  (de CambioRadical) que le cargara el megáfono aunque ya aceptó el apoyo de los conservadores.

Yo le creo al columnista y es una buena noticia que los tres sean decentes; ojalá el vencedor tenga en cuenta las buenas propuestas de los perdedores como la genial idea de Clara de hacer un hospital público de mascotas. Es un paso adelante en la transición para superar el antropocentrismo. Pese a sus buenas ideas fue miope ante la debacle dantesca de los Moreno y la Anapo y poco crítica del desastre de Petro en la Capital.

Ella me parece de lo mejor que hay en la izquierda a la que defendí por mucho tiempo, desde Lucho, argumentando que era natural que no supieran de gerencia pública, porque nos dedicamos a matarlos durante años y estábamos pagando su curva de aprendizaje en el Poder Ejecutivo, pero ya tuvieron doce años para aprender y le salió muy caro a Bogotá, con la social bacanería de Lucho, la mezquindad de los Moreno y la soberbia cancerosa de Petro que manipuladoramente se dedica a atizar la hoguera de la lucha de clases y ahí va en su carrera a la Presidencia.


El domingo pasado, al leer la columna de Caballero quedé muy maluco y me estaba arrepintiendo de votar por Peñalosa, por quien ya me había decidido. Mi razonamiento era que votaría por el que fuera liderando las encuestas, diferente a Clara.

Recordando al filósofo Julio César Turbay Ayala, cuando planteaba reducir la corrupción a sus "justas proporciones", creo que vale la pena adaptar el concepto pero al revés. Mejor dicho, tenemos que aspirar a la decencia y a la coherencia en sus "justas proporciones".

En ese orden, podría votar por Pardo o por Peñalosa pero como el segundo va liderando las encuestas, voy a optar por votar por él. Por cierto Peñalosa, hace tres lustros, transformó a Bogotá en tres años y ahora tendrá cuatro aunque en este nuevo periodo le va a tener que pagar lo suyo a Cambio Radical y a los conservadores.


Para finalizar, y no porque mi apoyo les signifiquen muchos votos, voy a votar al Concejo por un ser humano admirable como tantos otros de los verdes, Diego Cancino # 30 de la Alianza Verde y a la JAL de Chapinero por Héctor Hernández # 82 del mismo Partido de Claudia López, que en mucha menos proporción también tiene en sus filas a delincuentes como José Juan Rodríguez y muchos otros que aunque no delincuentes, si indeseables.