jueves, 4 de julio de 2013

Asombro

Me permito asombrarme ante un aeropuerto como el de Barajas de Madrid que es gigante y muy bonito. Todo me gusta, el techo, las salas de espera, las cabinas de inmigración, el tren que lo lleva a uno entre los diferentes terminales, los almacenes que venden patas de jamón, todo. No le permito a mi adultez "seria" que aplaque mi capacidad de sorprenderme; miro como un niño a la gente de varias partes del mundo, disfruto oyendo idiomas, miro todo detenidamente y me encanta observar.

Llegamos a Madrid a la 1 AM de Colombia (8 AM acá), estamos esperando para tomar un avión hacia Milán al medio día y estando cansado porque no soy bueno para dormir en aviones ni en sillas de aeropuerto, incluso en salas preferenciales, me siento feliz de todo lo que está pasando, estoy pleno y realizado por haber empezado esta etapa del Viaje de los Sueños que ya implica aviones y muy próximamente tren y ferry.

Llegar hasta acá ha sido una hazaña, fue necesario el coraje y la persistencia, fue preciso aprender a recibir los regalos, a veces incomprensibles, que trae la vida, aceptamos la ayuda y el aliento de muchos y finalmente estamos lejos de nuestro entorno nativo, nuestro hogar va por el mundo y por ahora no tenemos un lugar físico permanente. Escogimos ser errantes por un tiempo y espero que lleguen la nostalgia y la tristeza de vez en cuando para recordar con cariño todo lo que tenemos en Colombia.


Siento alegría por estar cerca de reconocer Roma y Florencia en esta próxima semana, de la mano de Camila, y por llegar a Córcega el 10 de julio para empezar a trabajar en nuestra primera granja WWOOF.

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